Las cartas curativas son cartas energéticas que se pueden
utilizar para la meditación o también para la autocuración.
Podemos colocar las cartas sobre nuestro cuerpo, aunque su energía también puede absorberse con la sola contemplación visual. O simplemente podemos mantener la carta entre nuestras manos y notar como empieza a actuar cuando nuestro alma se halle en resonancia con la luz de la ayuda curativa.
Las cartas se han desarrollado también para colocar alimentos o agua encima de ellas para poder programarlas. Así el cliente puede „consumir“ la información curativa a través de alimentos o agua y de esta forma “informarse y reprogramarse para la curación.“
Hemos desarrollado varias cartas que pueden tratar temas específicos. Con ellas se tratan y apoyan esos temas de forma directa, se estimula de nuevo la vitalidad y se reducen los síntomas.
Con la programación de las cartas curativas se restablece el contacto con el poder curativo y la ayuda espiritual de la carta conlleva una transformación, renovación y restablecimiento del alma, del cuerpo y de las células.
„Al igual que en una llave la clave de su funcionamiento está en su forma, estas tarjetas pre-programadas son la clave al portal del alma. El alma reconoce los poderes de la creación tal y como se expresan a través de la carta“ (Alexander Toskar)
Se pueden comprar cartas individuales o todo un paquete. Desarrollado y programado por Lutz und Bettina Meyer.
Rezession Susan-Katrin R.
Mis experiencias con las cartas de curación son tan variadas como las propias cartas.La primera carta me la dieron cuando me encontraba en un bajón emocional. Simbolizaba la imagen de la seguridad y el calor. El mensaje de la imagen lo asumí en mi interior y me dió exactamente ese mensaje de confiar en la seguridad y el calor.
Hoy, tras tres meses, me encuentro mucho mejor, ya que recibí esos sentimientos también de otras personas. La carta neutralizadora fue muy útil, ya que los medicamentos colocados encima han realizado su función y todo ello con menos efectos secundario de los que solía tener cuando tomaba antibióticos.
Ya no puedo prescindir de estas cartas.