La curación por I.D. (Intervención Divina)
es única y sumamente poderosa.



La ID es una técnica tradicional de los curanderos mexicanos, transmitida y heredada desde hace siglos por una línea ininterrumpida de curanderos maestros iniciados.



Los curanderos son chamanes mexicanos que curan con energías, luz y geometrías curativas. Los conocimientos de los curanderos se remontan a tradiciones de los mayas y aztecas. Fue Selena Rodriguez quien introdujo la sabiduría (secreta) de los curanderos en Europa.



“Lo más especial de este método es que se pueden conectar determinadas dimensiones con una frecuencia
Hertz determinada.”



De esta manera pueden interceder las leyes de una física superior. La unión de las fuerzas de la Tierra y el Universo permite eliminar antiguos esquemas, energías tumorales y manifestaciones físicas y psíquicas, así como iniciar y favorecer la sanción de enfermedades.




“La intervención divina consigue eliminar de nuestro sistema las energías no armonizadas.”



Los curanderos conocen 144 dimensiones en las cuales se puede revocar cada una de las leyes físicas normalmente aplicables. Gracias a esta transformación del campo energético en cuestión de
pocos segundos se consigue colocar todos los tipos de bloqueos, energías causantes de enfermedades, componentes sin vida del cuerpo, así como las distorsiones energéticas, en un estado que contribuye a su eliminación del organismo ya que no pueden seguir el ritmo de modificaciones constantes en el campo energético. El flujo informativo causante de enfermedades y las partes sin vida
(tejidos/células) pueden abandonar el sistema del cliente. Al hacer que las ondas electromagnéticas se separen sucesivamente en ondas
eléctricas y magnéticas conseguimos que el cuerpo adopte una clara y fuerte disposición curativa.



En el espacio de pocos segundos se consigue elevar una y otra vez y de forma sucesiva la frecuencia del sistema energético al recordar el “estado saludable”. Para este tratamiento lo que se hace es modificar el estado de vibración y la dimensión del cliente.



En el infinito del momento, la Intervención Divina abre el
acceso a niveles superiores de conciencia donde los milagros son posibles.